Francisco Hurtado Delgado
De acuerdo al Sistema democrático que rige en nuestro país, cada tres años, las y los ciudadanos renuevan a las autoridades municipales haciendo uso del derecho político al voto, así también los congresos locales y el congreso federal, con la opción en su caso, de que cualquiera de ellos pueda reelegirse. Asimismo, cada sexenio se elige a los integrantes del Senado y Presidente de la República; sin embargo, a pesar de que la designación de estos cargos es por elección libre, son concurrentes las inconformidades en relación a las quejas que la mayoría de la ciudadanía tiene sobre las autoridades en funciones. En ese sentido ¿Estás convencido y de acuerdo, con el actuar de las diferentes autoridades de Gobierno que se eligieron en el pasado proceso electoral?
Este análisis se sustenta en una reflexión que emana de uno de los textos más antiguos y leídos por la humanidad, es decir: la Biblia, que es definida como un conjunto de libros canónicos que el cristianismo y en otras religiones se considera producto de inspiración divina y un reflejo o registro de la relación entre Dios y la humanidad.
Uno de los versículos del sagrado libro mencionado, se proyecta a la realidad que vivimos, y se refiere a Eclesiástico 10:2-4-5, el cual afirma que, todo pueblo tiene el gobierno que se merece. Cuando el rey es ignorante, el pueblo acaba en la ruina; cuando el rey es sabio, el pueblo prospera. Dios tiene en sus manos el poder de gobernar este mundo, y el poder de nombrar gobernantes. Cuando llega el momento, elige al gobernante adecuado y le da su propia autoridad.
En la realidad tenemos las autoridades de gobierno que elegimos y al ser así, uno se torna corresponsable de las autoridades electas. Por citada razón, es necesario que a cada proceso electoral se le conceda la importancia debida, teniendo que valorar la reputación, integridad, los valores y la capacidad en el servicio público que respalde a las personas, sin distinción del partido que lo abandere.
Además, es importante legislar respecto a la profesionalización de la política y las sanciones a los servidores electos que no cumplan sus promesas de campaña, pues estas acciones se han convertido enmalas prácticas reiteradas y consisten, en que los candidatos engañan a la gente con atender las necesidades que más les apremien, y con posterioridad no son cumplidas. Se necesitan autoridades que analicenla viabilidad de las propuestas y el ejercicio de las sanciones ante prácticas deshonestas.
Para finalizar, es importante mencionar que nunca es tarde para reflexionar y razonar el voto en las siguientes elecciones, pues recordemos que de acuerdo a la Carta Magna el poder emana del pueblo, es por ello, que está en nuestras manos designar a las autoridades eficaces y honradas que la sociedad merece.