Para empezar, el estado refleja parálisis en casi todos los ámbitos. El pleito entre el poder ejecutivo y el legislativo ha dividido a casi todos los sectores y los nervios se crispan de uno y otro lado.
Y lo peor, la prensa morelense no es ajena a este pleito político. Gobierno asume a ”sus” medios y congreso a “los suyos “ para enzalzar o denostar al de enfrente.
Y los resentimientos o rencores se acumulan entre morelenses nacidos y avecindados. Se toman en serio su papel.
La realidad es que los políticos y el gobierno tienen de rehén a Morelos. Y en este escenario de crispación, de manera desafortunada y reprobable, la diputada Tania Valentina explotó contra una reportera y contra el gremio periodístico en general: “ya los quiero ver cuando les maten a un reportero”.
Este altercado entre prensa, políticos y abogados afines al fiscal Uriel Carmona es reflejo de esa división.
Y cada parte cree tener la razón.
O detienen sus pleitos los políticos o Morelos seguirá sumido en la crisis, en la parálisis y con más incidentes que lamentar.
Han muerto en esta batalla estéril líderes sociales, políticos (lo último, una diputada asesinada).
¿Hasta dónde quieren llegar?
Si van hacia el juicio político al gobernador, pues nada los detiene. Son mayoría en el Congreso.
Si el ejecutivo habla de pruebas delincuenciales, pues que las exhiba y denuncie en las instancias correspondientes.
Y los medios ojalá se desenganchen de un pleito en el que su papel es ser observadores e informadores.
Un pleito que deja destrozos en la casa siempre es de lamentar.